Miguel de Santiago

Miguel de Santiago, nacido en Quito entre 1620 y 1633, fue uno de los más destacados exponentes de la Escuela Quiteña. De origen mestizo, quedó huérfano a temprana edad y fue adoptado por Hernando de Santiago, de quien tomó el apellido. Desde joven mostró gran talento artístico y, tras abrir su propio taller, se convirtió en maestro de numerosos discípulos, entre ellos su hija Isabel de Santiago, una de las pocas mujeres pintoras de la época. Su carrera estuvo marcada por el apoyo de mecenas como Basilio de Ribera, quien le encargó importantes obras religiosas que lo lanzaron a la fama.

Su primer gran encargo fue la serie de catorce cuadros sobre la vida de San Agustín, lo que le abrió las puertas de conventos y familias notables. Posteriormente realizó colecciones como la Doctrina Cristiana, destinada a la evangelización visual, y numerosas obras para órdenes religiosas como franciscanos, mercedarios y agustinos. Su prestigio se extendió a la capital virreinal, Bogotá, donde trabajó para la Catedral y la iglesia de San Francisco, dejando huella con series como los Artículos de la Fe. Varios de sus lienzos llegaron a Europa, especialmente a Roma, lo que reforzó su reconocimiento internacional.

En su madurez, Miguel de Santiago participó en la decoración del Santuario de Guápulo, creando doce lienzos que narraban los favores de la Virgen, además de exvotos y paisajes andinos. Su devoción mariana se reflejó en su famosa Virgen del Apocalipsis, inspiración para Bernardo de Legarda en la célebre Virgen de Quito. Falleció en 1706 en la ciudad que lo vio nacer, dejando un legado artístico de gran valor, continuado por su hija Isabel. Su obra no solo consolidó la Escuela Quiteña, sino que también dio identidad a la pintura colonial en América.

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Miguel de Santiago, born in Quito between 1620 and 1633, was one of the most prominent exponents of the Quito School. Of mixed-race origin, he was orphaned at an early age and adopted by Hernando de Santiago, from whom he took his surname. From a young age, he displayed great artistic talent and, after opening his own studio, became the mentor of numerous disciples, including his daughter Isabel de Santiago, one of the few female painters of the time. His career was marked by the support of patrons such as Basilio de Ribera, who commissioned important religious works that launched him to fame.

His first major commission was a series of fourteen paintings on the life of Saint Augustine, which opened the doors to convents and notable families. He later produced collections such as Christian Doctrine, intended for visual evangelization, and numerous works for religious orders such as the Franciscans, Mercedarians, and Augustinians. His prestige extended to the viceregal capital, Bogotá, where he worked on the Cathedral and the Church of San Francisco, leaving his mark with series such as the Articles of Faith. Several of his canvases reached Europe, especially Rome, reinforcing his international recognition.

In his later years, Miguel de Santiago participated in the decoration of the Sanctuary of Guápulo, creating twelve canvases depicting the favors of the Virgin, as well as votive offerings and Andean landscapes. His Marian devotion was reflected in his famous Virgin of the Apocalypse, which inspired Bernardo de Legarda’s celebrated Virgin of Quito. He died in 1706 in the city of his birth, leaving behind a valuable artistic legacy, continued by his daughter Isabel. His work not only consolidated the Quito School but also gave an identity to colonial painting in the Americas.

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