Español
La historia de la Iglesia de San Agustín comienza en 1573, cuando la Orden de San Agustín fundó su convento en Quito gracias a una donación de tierras realizada por el capitán Juan de Godoy. Su construcción se prolongó durante varias décadas y contó con la participación del arquitecto Francisco Becerra, quien también estuvo a cargo de otras edificaciones coloniales de la ciudad. Desde sus inicios, el convento se convirtió en un espacio de enseñanza, espiritualidad y preservación del conocimiento, desempeñando un papel destacado en la vida intelectual y religiosa de la colonia.
La arquitectura exterior de San Agustín refleja sobriedad y equilibrio. Su fachada, de estilo renacentista con toques barrocos, está construida en piedra tallada y se organiza con un pórtico de arcos y columnas que enmarcan el acceso principal. La torre campanario se alza de manera imponente, aportando verticalidad al conjunto y reforzando su presencia dentro del paisaje urbano del centro histórico de Quito.
En el interior, el templo destaca por su planta de cruz latina y por la presencia de retablos barrocos cubiertos en pan de oro. Los techos artesonados de madera, finamente tallados y policromados, son una muestra del talento de los artesanos quiteños. También se conservan importantes obras de la Escuela Quiteña, como lienzos y esculturas que enriquecen capillas y corredores. El convento, además, resguarda un claustro con patios rodeados de arquerías, donde se conserva un ambiente de recogimiento y espiritualidad.
English
Early History
The history of the Church of San Agustín begins in 1573, when the Order of Saint Augustine founded its convent in Quito thanks to a land donation from Captain Juan de Godoy. Its construction lasted several decades and included the collaboration of architect Francisco Becerra, who was also responsible for other colonial buildings in the city. From its beginning, the convent became a space for teaching, spirituality, and the preservation of knowledge, playing a prominent role in the intellectual and religious life of the colony.
Exterior Architecture
The exterior architecture of San Agustín reflects sobriety and balance. Its Renaissance-style façade with Baroque touches is built in carved stone and is organized around a portico of arches and columns that frame the main entrance. The bell tower rises imposingly, lending verticality to the complex and reinforcing its presence within the urban landscape of Quito’s historic center.
Interior Architecture
Inside, the church stands out for its Latin cross layout and the presence of Baroque altarpieces covered in gold leaf. The finely carved and polychrome wooden coffered ceilings are a testament to the talent of Quito’s artisans. Important works from the Quito School are also preserved, such as canvases and sculptures that adorn the chapels and corridors. The convent also houses a cloister with courtyards surrounded by arcades, preserving an atmosphere of contemplation and spirituality.