Español
Historia inicial
El obispo Agustín de Ugarte y Saravia, devoto de la Virgen del Carmen, obtuvo en 1651 la autorización del rey Felipe IV para fundar un convento de carmelitas descalzas en Quito. Tras su muerte, doña María de Saravia concretó la fundación en 1653. Ese año, las religiosas ocuparon una casona donada por Juan Guerrero de Salazar, antigua residencia de Santa Mariana de Jesús Paredes.
Arquitectura exterior
En 1654, el alarife Ruales adaptó la vivienda y levantó la primera capilla. Dos años después, el jesuita Marcos Guerra y Silvestre Fausto edificaron el convento y templo definitivos. La fachada muestra tipología carmelitana, con columnas toscanas, arabescos y frontón triangular. Los torreones neogóticos fueron añadidos en el siglo XX tras el terremoto de 1868.
Interior del convento
El claustro principal rodea el Patio de los Naranjos, decorado con esculturas y un tríptico de la Virgen del Carmen de la Escuela Quiteña. Se conserva una sala dedicada a Santa Marianita de Jesús, el refectorio con obras del siglo XVII y murales anónimos del XVIII. El Coro Alto, antes habitación de la santa, guarda retratos y escenas de su vida espiritual.
English
Early history
Bishop Agustín de Ugarte y Saravia, a devotee of the Virgin of Carmen, obtained authorization from King Philip IV in 1651 to found a convent of Discalced Carmelites in Quito. After his death, María de Saravia completed the foundation in 1653. That year, the nuns moved into a large house donated by Juan Guerrero de Salazar, the former residence of Santa Mariana de Jesús Paredes.
Exterior architecture
In 1654, the master builder Ruales adapted the house and built the first chapel. Two years later, the Jesuit Marcos Guerra and Silvestre Fausto built the final convent and temple. The façade is in the Carmelite style, with Tuscan columns, arabesques, and a triangular pediment. The neo-Gothic towers were added in the 20th century after the 1868 earthquake.
Interior of the convent
The main cloister surrounds the Patio de los Naranjos (Orange Tree Courtyard), decorated with sculptures and a triptych of the Virgin of Carmen from the Quito School. There is a room dedicated to Santa Marianita de Jesús, the refectory with 17th-century works and anonymous 18th-century murals. The Upper Choir, formerly the saint’s room, houses portraits and scenes from her spiritual life.