Las casonas antiguas de la capital ecuatoriana reflejan la influencia colonial en su arquitectura, con balcones de madera tallada y patios interiores adornados con fuentes. Muchas han sido convertidas en espacios culturales, donde se respira el legado histórico y artístico que han atravesado generaciones.
En Quito, varios museos funcionan dentro de edificaciones patrimoniales, conservando tanto el arte religioso como piezas arqueológicas de gran valor. Estas instituciones no solo preservan la memoria histórica, sino que también conectan a los visitantes con la riqueza cultural que define a la ciudad.