La iglesia de San Agustín fue planificada por el arquitecto extremeño Francisco Becerra, quien inició la obra en 1580 y permaneció en el convento durante su estancia en Quito. Tras su muerte, el templo fue concluido en 1617 por Juan de Coral. Posteriormente, figuras como el padre Martín de Híjar impulsaron tanto la vida artística como religiosa del convento, consolidando su importancia dentro de la ciudad.
El convento se organizó alrededor de un gran patio con fuente central y galerías de estilo mudéjar y manierista, consideradas referentes de la arquitectura criolla. Sus arquerías, artesonados policromados y pinacoteca de escenas agustinas destacan por su riqueza artística. A pesar de daños y reconstrucciones tras el terremoto de 1868, el claustro recuperó su diseño original, conservando la armonía y elegancia que lo convierten en uno de los conjuntos arquitectónicos más sobresalientes de Quito.
The Church of San Agustín was planned by the Extremaduran architect Francisco Becerra, who began construction in 1580 and remained at the convent during his stay in Quito. After his death, the church was completed in 1617 by Juan de Coral. Later, figures such as Father Martín de Híjar promoted both the artistic and religious life of the convent, consolidating its importance within the city.
The convent was organized around a large courtyard with a central fountain and Mudejar and Mannerist-style galleries, considered landmarks of Creole architecture. Its arches, polychrome coffered ceilings, and art gallery of Augustinian scenes are notable for their artistic richness. Despite damage and reconstruction following the 1868 earthquake, the cloister recovered its original design, preserving the harmony and elegance that make it one of Quito’s most outstanding architectural ensembles.
